¿Qué hay detrás del “es solo una broma”?

Pese a los numerosos avances que hemos vivido en las últimas décadas, el sexismo sigue siendo el lastre del siglo XXI. Hoy en día continuamos cargando con esa piedra a nuestras espaldas cual neandertales estancados en la prehistoria. Se trata de una práctica social discriminatoria que se manifiesta abiertamente en el lenguaje, ya que como señala Teresa Cabré, catedrática de Lingüística y Terminología de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), en una entrevista:“El lenguaje refleja la conceptualización de la realidad en nuestra mente, y mientras no cambiemos la percepción no se solucionará el problema por más que tratemos de visibilizar a la mujer al hablar”.

El discurso humorístico no se salva de este escollo, pues es un vívido reflejo de las actitudes despectivas y ofensivas hacia otras identidades de género. En este sentido, un equipo de investigadores de la Universidad del Oeste de Carolina ha intentado dar respuesta al porqué de la persistencia de chistes machistas y homófobos en la sociedad actual. El estudio se compuso de dos experimentos en los que se analizó la identidad de género de 166 hombres heterosexuales y, a continuación, se examinó su apreciación humorística en relación a una serie de chistes. Los resultados mostraron que aquellos hombres con convicciones inestables sobre el concepto de hombría (precarious manhood beliefs) utilizan este tipo de humor para reafirmar su identidad de género (cfr. O’Connor et.al, 2017).

Así pues, partiendo de la visión del género como un constructo sociocultural y de la función social que tiene el humor, los varones usarían este tipo de discurso para construir su identidad dentro de un grupo. Si bien en contextos heterogéneos se escudarían bajo la recurrida expresión de “es solo una broma”. Un conocido ejemplo de esto último sería lo ocurrido la semana pasada en el El Hormiguero. Durante la entrevista a las actrices de «Las chicas del cable», el presentador Pablo Motos, amparándose bajo el contexto humorístico de su programa, se creyó con la autoridad para realizar preguntas y comentarios del estilo «¿Con qué actor de Hollywood no os importaría protagonizar una escena de cama?» o “Ahora mismo las chicas se dividen entre las que saben perrear y las que no”.

Realmente, si analizamos este tipo de discurso con más detenimiento, el mensaje que transmiten los usuarios no es el de reafirmar su identidad masculina, sino otro bien distinto. A nuestro parecer, el humor sexista muestra las inseguridades y prejuicios de algunos hombres hacia otras manifestaciones de género. De modo que nos preguntamos …¿de qué tienen miedo?

 

Os dejamos aquí el enlace al artículo completo: Restoring Threatened Masculinity: The Appeal of Sexist and Anti-Gay Humor